09/08/2020 ElLitoral.com.ar (Corrientes) - Nota

UN EPISODIO OLVIDADO
El escándalo y fracaso de la instalación de africanos franceses en Corrientes

Originarias de Argelia, 23 familias llegaron a la provincia en 1965 para afincarse cerca de Itatí. Para ello fue necesario arrasar con las casas de los pobladores en un conflicto político poco recordado y entre cuyos ribetes hay terroristas y redes de corrupción internacional.

El 5 de julio de 1962, tras una cruenta guerra, Argelia pudo independizarse de Francia. Como si del efecto mariposa se tratase, este hecho histórico y las ganas de modernizar el campo del Gobierno Nacional confluyeron en un olvidado conflicto político en la provincia de Corrientes.En este complejo entramado se mezclan la voluntad de un gobernador, la denuncia de un diputado provincial y la labor solidaria de su hermano sacerdote y las ganas de cientos de personas de volver a comenzar. Incluso aparecen en el mapa organizaciones terroristas.Pero los grandes perdedores fueron campesinos locales que vieron sus casas ser arrasadas por topadoras. Todo en la víspera de la navidad de 1964.Caminos que se cruzanHacia finales de la década de 1950, uno de lo de los objetivos del presidente Arturo Frondizi era por la modernización técnica del campo argentino y buscaba alentar la inmigración de personal calificado. Mientras tanto, 10 mil kilómetros al noreste, en Argelia, se libraba una guerra que terminaría en julio de 1962 con la independencia de la antigua colonia francesa. Arturo Umberto Illia continuó con la línea de Frondizi. En Francia por su parte la preocupación de Charles de Gaulles era qué hacer con casi el millón y medio de personas que huía de Argelia hacia la metrópoli ya que las nuevas autoridades dejaron bien en claro que ya no eran bien recibidos, se trataba de los “pied-noirs” (pies negros), franceses y sus descendientes que habían llegado a la colonia décadas antes y eran vistos como invasores.La necesidad argentina y la francesa son el inicio de esta historia. Según investigaciones académicas consultadas, entre 1962 y 1963 ambos Gobiernos iniciaron contactos a través de intermediarios, no siempre y no todos oficiales en realidad, para establecer un acuerdo.  Los cuadrados eran los asentamietnos principales, los triángulos, los secundarios. Hacia 1964 el plan estaba firme: iban a ser 151 familias franco-argelinas las que iban a llegar para conformar cooperativas agrícolas en diferentes puntos del país. Francia iba a enviarlos con maquinarias, asistencia técnica, fuertes créditos para la compra de los campos y subsidios hasta la primera cosecha. Argentina y los gobiernos provinciales debían brindarle las facilidades legales y ayudarlos a instalarse.Pied-noirs en CorrientesEn julio de 1964 el gobernador Diego Nicolás Díaz Colodrero comenzó a hablar públicamente sobre la llegada de un grupo de franco-argelinos. En realidad Corrientes no formaba parte de la planificación original francesa, sino más bien era un destino secundario abierto por negociaciones de intermediarios con las autoridades locales y que luego contaron con el aval de funcionarios de de Gaulles.Ese comentario oficial se transformó en realidad cuando Díaz Colodrero firmó un acuerdo con 23 familias para que se instalen en un campo fiscal en La Palmira, primera sección rural de Itatí, a unos 80 kilómetros de la capital correntina. El 6 de agosto se publicó el decreto 2907/64 informando sobre la venta del predio de 7950 hectáreas en condiciones más que ventajosa para los visitantes.El problema con el proyecto del Gobierno era que en esos terrenos habían correntinos que desde hace décadas trabajaban la tierra y que quedaron en una situación complicada. La reacción política no se hizo esperar y el 10 de agosto de 1964 el diputado provincial Mario Marturet publicó en el diario El Litoral una carta abierta al gobernador: "No me opongo a ninguna inmigración bien hecha, pero pregunto: ¿Por qué no se coloniza primero y con las mismas facilidades con agricultores correntinos?", rezaba el artículo mientras denunciaba la ilegalidad de lo actuado."Dígame con franqueza, señor gobernador, si usted piensa que los nativos no sirven, o es que a esos agricultores nativos se los quiere seguir instrumentando como medieros, tanteros o peones baratos para enriquecer así a sus patrones y continuar con ello la estructura semifeudal de nuestra provincia", denunciaba el legislador de la Democracia Cristiana. Le propuso conseguir 100 familias correntinas sin tierras para que trabajen esos terrenos.La postura de Marturet contó con importantes adhesiones, entre ellas las de Juan Romero y el Partido Colorado. También con sectores radicales, la Unión de Mujeres de la Argentina y de las cartas de lectores publicadas por este medio. Chaque dibujando al goberandor y a Mario Marturet en agosto de 1964. Una triste navidadPara el 1° de enero de 1965 las 7950 hectáreas de La Palmira debían estar despejadas para sus nuevos propietarios. El 22 de diciembre Díaz Colodrero firmó el decreto 5488/64 en el que ordenaba "el inmediato desalojo de los ocupantes intrusos del campo fiscal La Palmira (...) debiendo ejecutarse el desahucio con la intervención de la fuerza pública en caso de resistencia".Mario Marturet estuvo allí para ver como las topadoras de la Dirección de Vialidad de la Provincia arrasaban con las casas y plantaciones de correntinos que desde hacía varias décadas vivían en La Palmira. Esta vez el que puso el grito en el cielo fue Raúl Marturet, sacerdote y hermano del diputado.Al ver lo que pasaba en el campo, el cura se acercó al arzobispo Francisco Vicentín para que ayude a la gente.  'Mirá, no te metás. "¿Qué vas a hacer vos? Déjalos que se arreglen. Lo único que vamos a conseguir es quedar mal con las autoridades...'" fue la respuesta del prelado según comentó el propio Marturet a la Revista Así años después.  Es por eso que el cura escribió "Navidad en La Palmira", que se publicó en el diario El Litoral el 24 de diciembre: "Este decreto va a ser un aguinaldo de lágrimas y amargura para las familias palmireñas", denunciaba. También le echaba en cara que Díaz Colodrero decía que su gobierno era guiado por el cristianismo y esa maniobra distaba mucho de esos ideales."La sola lectura de estas líneas del artículo 1 subleva a cualquiera que tenga una gota de sensibilidad y sentido de justicia. Es tan tremenda la inequidad humana, jurídica, moral, social y cristiana que no parece que fuera posible. Y menos en Corrientes", aseguraba Raúl Marturet. Entre 500 y 800 personas, según la fuente, pasaron una amarga navidad habiendo perdido todo y sin saber cuál sería su futuro. El dibujante Chaque ilustró este evento dibujando al vicegobernador Salvador di Tomasso (a cargo del Poder Ejecutivo en ese momento) dándole un árbol de navidad con las palabras "injusticia", "violencia", "miseria" y "desalojo" a un campesino.  El llanto de los perjudicados, la población más vulnerable, dominó la escena en cada una de las intervenciones de las topadoras. Si había resistencia les prendían fuego la casa, no importaba si eran adultos, ancianos o niños.Varios pobladores se agruparon para reclamar ante la Justicia la restitución de las tierras en La Palmira. Pero el juez de Trabajo N° 1, Luis Monti, rechazó el pedido.No está claro el destino de todas esas personas que entre el 22 de diciembre y el 1° de enero fueron corridos de La Palmira. No está debidamente documentado o al menos no hay archivos accesibles que indiquen con precisión cuántos eran y a dónde fueron.Fracasos y terroristasEl plan de Argentina y Francia fue un completo fracaso en todo el país. La inexperiencia de los colonos con los terrenos y cultivos, sus diferencias internas y problemas para insertarse en la sociedad atentaron contra todos los proyectos. La demora en la llegada de los aportes de Francia a sus pied-noirs y los problemas económicos de Argentina no hicieron más que enterrar en pocos años todo lo soñado.Para defender su proyecto el gobernador Díaz Colodrero decía que dentro de un año “La Palmira será un vergel”. Eso nunca ocurrió.Fueron 23 familias las que se instalaron en el campo fiscal. Algunas lograron prosperar, otras se terminaron instalando en el abandonado Ingenio Primer Correntino, otras trabajaron algunos años y abandonaron sus proyectos, también hubo quienes apenas al llegar vendieron todos las maquinarias que les había dado el Gobierno francés y se dedicaron a otras cosas. Pero muchos de sus descendientes siguen en la provincia.Con el paso de los años se conoció un aspecto oscuro de este proyecto: entre las 151 familias que llegaron a Argentina había terroristas y algunos vivieron en Corrientes. Esto fue posibilitado por una red de conexiones internacional que obró ilegalmente, incluso muchas personas ingresaron al territorio nacional con nombres falsos con pleno conocimiento del Gobierno Nacional.Vale mencionar que la grandísima mayoría de estas personas eran gente honesta y trabajadora que sólo buscaban comenzar de nuevo y que también fueron perjudicados en todo el proceso. Pero hubo funcionarios que aprovecharon la movida para trasladar a delincuentes afines a zonas más seguras que las cárceles galas.Durante la guerra de la independencia de Argelia franceses crearon la Organización del Ejército Secreto (OAS), una organización que perpetraba actos de terrorismo contra la población argelina en defensa del dominio colonial. Se estima que mataron a más de 2 mil personas entre 1961 y 1962, casi todos musulmanes.  El último jefe de la OAS, Paul Gardy, su hija Nicole y su yerno Michel Besineau, también miembros, se instalaron en Formosa con identidades falsas. Pudieron prosperar sin mayores inconvenientes.El caso más resonante en Corrientes es el de Bertrand de Parseval, quien había sido condenado a muerte en Argelia y mientras estaba en una cárcel en Francia le ofrecieron dinero y documentaciones para venir a Corrientes a cambio de abandonar sus actividades. Aceptó y durante varios años vivió en la provincia como agricultor pero luego se instaló en Buenos Aires donde vivió hasta 1999 cuando se fue a Tailandia. Pero también está Hervé Faure, quien actuó en la organización terrorista y su nombre apareció publicado en el diario El Litoral como beneficiario del programa La Palmira. Este sujeto vivió en Corrientes algunos años hasta que abandonó la actividad agrícola y en Buenos Aires terminó siendo contratista de las Fuerzas Armadas para la provisión de equipos electrónicos.Los contactos entre la OAS y la Triple A y luego con las fuerzas armadas durante la última dictadura militar es un tema de debate. Esto potenciado por el rumor de que Bertrand de Parseval era espía y participó del operativo del secuestro de las monjas francesas Leonie Duquet y Alice Domon, quienes también vivieron en la provincia, aunque fue desmentido en varias oportunidades por el protagonista. La última vez cuando Alfredo Astiz lo incriminó en un juicio por la Memoria. Fuentes:Archivo del diario El Litoral“Diputado… ¿yo?” de Mario Alfredo Marturet, Moglia ediciones.Revista "Así", 28 de agosto de 1970. "La guerra de Argelia y la Argentina. Influencia e inmigración francesa desde 1945" de Mario Ranaletti"La faillite de l'expérience de colonisation agricole des « Pieds-Noirs » en Argentine" de Roiman Gaignard.Diario de sesiones de la Cámara de Senadores de la Nación del 29 de septiembre de 1965."Políticas migratorias en la Argentina: el caso de los “piedsnoirs” (1964-1968). Las razones políticas y económicas" de Enrique Hugo Mases."Evocando la emigración a la Argentina de los franceses “pieds noirs” de Argelia" de Isabel Santi“Escuadrones de la muerte: la escuela francesa” de Marie Monique Robin."La represión en perspectiva transnacional: las supuestas relaciones de la Triple A" Flavio Foresi.

#15113165   Modificada: 10/08/2020 01:26 Cotización de la nota: $7.800
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